"Ahh...Que bien no? Y no se te quedan los billetitos de 500 pegados en la mano?" ( típico comentario absurdo)
"Pues no, hijo, no, Que más quisiera yo.Pero con quinientas mil cámaras pegadas al cogote a todas horas es un poco complicado no?"
La gente queda maravillada de imaginarse a si mismos rodeados de millones de euros todos los días, y la verdad, visto así puede parecer genial, pero cuando estás metida en ese bunquer tantas horas pasando miles de billetitos por una enorme y ruidosa máquina pensando... "Solo con este poquito de aquí, podría comprarme una casa", pero vuelves a la realidad y recuerdas que eres una pobre currante como la mayoría de los mortales y que es mejor no pensar en lo que de verdad estás manejando. Lo mejor es ver material de trabajo entre tus manos y no un posible Ferrari en el garaje de tu mansión. Ay!! En fin...despierta!!!
La realidad de este oficio es más desagradable de lo que parece, pero lo contaré más adelante.
Básicamente mi trabajo consiste en hacer el recuento de diferentes clientes como tiendas, supermercados importantes, cajas y bancos entre otros.
Los camiones blindados hacen sus rutas por las mañanas recogiendo y entregando bultos llenos de dinero a los diferentes comercios y entidades bancarias con los que trabajamos. Al llegar a la base (un bunquer sin ventanas ni ventilación ninguna), nosotros, los contadores recepcionamos esos bultos y comenzamos a abrirlos y contar el efectivo que contengan. Tras verificar que esté correcto el efectivo se introducen los datos en nuestra base de datos y el efectivo pasa a la sala de máquinas donde se cuadra una vez más. En esta sala también se separan los billetes por denominaciones y se clasifican por billetes de buena calidad o mala calidad y posteriormente se prepran en paquetes para enviar al BE (Banco de España).
Más o menos en esto se resume mi querida y entretenida labor.
